Este artículo es una adaptación de la
nota realizada por la pasante en Comunicación Social Paula
Imhoff para el Periódico Virtual de la UNR, en el marco del
Programa de Comunicación Institucional.
www.unr.edu.ar/periodico
¿Qué es el empaste?
El empaste o meteorismo espumoso de los rumiantes es una
enfermedad que habitualmente afecta al ganado bovino y ovino.
Es muy importante en los rodeos de nuestro país y del mundo
entero, no sólo porque produce alta mortandad, sino porque
disminuye la eficiencia de aprovechamiento de los recursos
forrajeros en nuestros sistemas de producción que están
basados en el pastoreo directo.
El empaste es una alteración digestiva caracterizada por la
acumulación de gases en el retículo y el rumen, que son los
primeros dos compartimentos del sistema digestivo de los
rumiantes.
La producción de gases (principalmente dióxido de carbono y
metano) es normal en el proceso de fermentación ruminal, pero
en este caso se forman pequeñas burbujas muy estables que
atrapan el gas impidiendo su normal eliminación por
eructación.
¿Cómo se manifiesta?
El empaste se manifiesta a través de la distensión (hinchazón)
del flanco izquierdo del vientre que es donde se ubica el
rumen (Fotos 1 y 2). La intensidad o grado puede variar,
desde una leve o moderada distensión (Figura 1.A) con poco
efecto sobre la performance animal, pasando por una marcada
distensión del flanco izquierdo y leve del derecho (Figura
1.B), hasta cuadros muy severos, con ambos flancos muy distendidos
(Figura 1.C). En casos peligrosos se puede producir la muerte
del animal por fallas circulatorias y asfixia debido a la
presión que ejerce el rumen sobre el diafragma, evitando
la normal respiración y ocasionando que finalmente el corazón
deje de funcionar.
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Foto
1: Vaquillona empastada |
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Foto
2: Novillito empastado en pastura de alfalfa
pura |
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Figura
1: Distintos grados de empaste en bovinos.
A: Leve, B: Moderado,
C: Severo. |
Figura
2: Zona del flanco izquierdo donde se debe
“chuzear” a los bovinos empastados |
Los síntomas pueden observarse muy rápidamente, a los pocos
minutos de iniciado el pastoreo. Frecuentemente el animal
empastado deja de comer y se muestra molesto y angustiado.
Si el proceso se acentúa se hincha el rumen, el animal orina
y defeca frecuentemente hasta que se acuesta, esto acelera
aún más el proceso y aumenta el riesgo de muerte.
¿Cuándo es probable que se produzca?
El empaste se puede producir con cualquier forraje que
contenga poca fibra y alta proteína, lo que produce una muy
rápida fermentación ruminal, pero es más común en leguminosas
inmaduras (alfalfa y tréboles) debido que contienen sustancias
(saponinas, proteínas solubles, pectinas, fragmentos
celulares) que producen una gran cantidad de espuma muy
estable.
Es muy probable que ocurra cuando el ganado pastorea
leguminosas puras por primera vez y muy rara vez en pasturas
de gramíneas, mezclas de gramíneas y leguminosas (con más de
50% de gramíneas) o con henos (fardos o rollos) aunque sean de
leguminosa pura.
Muchas veces el problema aparece luego de épocas de clima seco
o frío donde los animales están hambrientos o mal alimentados.
Lo mismo ocurre cuando los animales son movidos a pasturas o
franjas nuevas, si el pastoreo previo fue hecho con alta
intensidad. La incidencia aumenta durante los períodos de
rápido crecimiento de las plantas, al inicio de la primavera o
en el verano luego de una lluvia siguiendo a un período de
sequía.
¿Cómo se puede reducir el riesgo?
Existen numerosas medidas preventivas para el empaste, que
deben luego adecuarse a cada situación en particular. Sin
embargo es importante saber que aún usando varios métodos
combinados se logra disminuir significativamente el riesgo de
empaste, pero nunca eliminarlo por completo.
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Evitar que el animal seleccione únicamente las partes tiernas
de la pastura, forzándolo a comer la planta entera. Esto
puede lograrse dividiendo los lotes en pequeñas parcelas con
el uso de boyeros eléctricos.
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Cortar con desmalezadora la franja de pastura que se comerá
por la tarde o mañana siguiente, permitiendo que el forraje
se marchite.
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Utilizar pasturas mezclas con menos del 50% de leguminosas.
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En determinadas condiciones se pueden utilizar especies de
leguminosas no timpanizantes (ej. lotus) pero de menor
producción de pasto. También se están evaluando variedades
de alfalfa (ej. Carmina INTA) seleccionadas por su menor
velocidad de fermentación ruminal.
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En primavera empezar el pastoreo en pasturas que permitan la
adaptación gradual del animal.
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Asegurarse que los animales no entren hambrientos a pasturas
"riesgosas", ni cuando hay rocío o lluvia.
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Empezar el pastoreo en forma progresiva. Por ejemplo, dejar
los animales una hora el primer día y luego ir aumentando el
tiempo en forma paulatina hasta los 5-7 días.
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Observar los animales durante unos 15 minutos cuando entran a
la pastura y luego revisarlos cada 2 o 3 horas.
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Cuando los animales se cambian de lote hacerlo lo
suficientemente rápido para evitar el "hambreado".
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Los animales que reciben suplemento (balanceado o grano) son
menos propensos al empaste, porque la proporción de
leguminosa fresca en la dieta es menor.
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Suplementar con forrajes ricos en fibra, como pueden ser los
henos o silajes de maíz, antes de que los animales entren a
la pastura.
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Aplicaciones sobre la pastura de aceites emulsionables,
productos desecantes o bien herbicidas en bajas dosis.
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Suministrar productos antiespumígenos (Ej. aceites,
detergentes, siliconas, plurónicos) o antibióticos
selectivos (monensina). Estos últimos actúan sobre la flora
ruminal modificando la fermentación. Estos productos pueden
ofrecerse en el agua de bebida, mezclados con la ración de
concentrado o mediante cápsulas intraruminales de liberación
controlada.
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Hay animales que son muy susceptibles al empaste, lo mejor
sería eliminarlos del rodeo.
¿Qué se puede hacer cuando ocurre?
El empaste puede causar la muerte en menos de una hora así que
es muy importante actuar rápidamente apenas se observan los
síntomas. Se pueden tomar las siguientes medidas curativas:
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Se deben sacar los animales de la pastura y ofrecerles heno
bien seco.
·Hacer caminar a los animales afectados y evitar que se
acuesten, y así facilitar la eliminación de los gases.
·Suministrar productos antiempaste por vía bucal o intra-ruminal.
La dosificación intra-ruminal puede hacerse a campo desde el
caballo con la utilización de equipos con pistola recargable
y conectada a un bidón con el producto. Ante una emergencia
hasta puede utilizarse aceite de cocina o vaselina líquida.
·Como última alternativa puede "chuzearse" el animal, lo que
permite liberar la espuma y los gases. Debe usarse un trócar
o un cuchillo afilado, perforando el cuero y la pared del
rumen en el lugar preciso (Ver Fig. 2). Ante esta
circunstancia sería conveniente consultar al veterinario y
coser la herida.
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