Existen
varias especies de Lepidópteros cuyas larvas (orugas)
y adultos tienen pelos urticantes capaces de causar serios
inconvenientes a los seres humanos desde una simple picazón,
pasando por úlceras y neuralgias hasta hemorragias
y muerte.
Estos
efectos producen una doble acción, por un lado
mecánica y por otro quimiotóxica. La primera
se produce cuando los pelos penetran en los tejidos y
quedan incrustados causando un granuloma sobre todo si
no se los extrae en forma inmediata. La segunda es ocasionada
por la secreción de glándulas que descargan
su contenido en el interior de los pelos urticantes, que
son huecos y al quebrarse liberan el líquido sobre
la piel causando el efecto desagradable. Esta sustancia,
de naturaleza proteica puede provocar reacciones alérgicas.
Los
accidentes ocurren al rozar o entrar en contacto directo
con las orugas. Estas situaciones son comunes cuando se
está debajo de árboles o bien cuando las
personas se colocan ropa en la cual “se escondió”
alguna oruga. También suelen ocurrir accidentes
por los pelos sueltos en el aire provenientes de larvas
o de adultos, aunque esto es menos frecuente. Es conveniente
que los pelos incrustados sean extraídos por un
profesional médico.
En
Argentina hay citadas numerosas especies de Lepidópteros
causantes de estos problemas, en nuestra zona la más
común es el “bicho quemador” Hylesia
nigricans Berg.
Esta
especie es importante desde dos puntos de vista, como
plaga de forestales, ornamentales y frutales a los cuales
les ocasiona una defoliación importante y como
causante de incomodidad a los seres humanos, por el efecto
urticante que producen sus larvas y los adultos. Fue hallada
por primera vez en Argentina en el año 1911. Debido
a los perjuicios ocasionados, en el mismo año,
se la declara plaga nacional. Su nombre responde a que
las larvas, cubiertas por pelos urticantes liberan sustancias
irritantes al contacto con la piel. Las mejores estrategias
de control se lograrán conociendo integralmente
su ciclo biológico.
Reconocimiento
Adultos: Mariposas de hábitos nocturnos, color
negro opaco en la mayor parte del cuerpo, el abdomen cubierto
de pelos bronceados, con tonalidades amarillentas. Miden
aproximadamente 45 mm de envergadura alar, y los machos
son algo más pequeños que las hembras.
Huevos:
Tienen un tamaño aproximado de 1mm de largo por
0,70 mm de ancho, de forma ovoide y corion liso, de aspecto
brillante. Son puestos en camadas conformando una ooteca
de aspecto redondeado y de color ocre aterciopelado (dado
por los pelos abdominales de la hembra que quedan adheridos),
su tamaño es de 8 mm de alto por 18 mm de largo.
En su interior puede haber hasta 500 huevos. Se las encuentra
en ramas y troncos a distintas alturas.
Larvas:
En su tamaño final llegan a medir 35 a 40 mm de
longitud. Tienen un tegumento con aspecto aterciopelado,
color castaño claro, con tubérculos oscuros
de los cuales salen espinas y pelos ramificados.
Pupas:
Se forman dentro de un capullo protector, construido por
la misma larva con pelos de su cuerpo e hilos de seda.
Es de aspecto sedoso, blanco grisáceo, de unos
25 mm de largo. La pupa, es de color castaño oscuro,
tienen unos 20 mm de longitud por 5 mm de ancho.
Biología
Durante los meses de marzo y abril comienzan a aparecer
los adultos; a los pocos días se aparean y luego
de 48 horas comienzan los primeros desoves.
La
hembra dobla el abdomen hacia abajo depositando los huevos,
a la vez que con movimientos abdominales desprende sus
pelos y escamas que son pegadas con sustancias coletéricas,
cubriendo la masa de huevos y formando de esa manera la
estructura protectora.
Luego
de tolerar en ese estado los fríos invernales comienza
la eclosión, desde fines de octubre o antes, dependiendo
de las temperaturas. Las larvas recién nacidas
perforan la protección y comienzan a desplazarse
en busca de alimento, preferentemente hojas o brotes tiernos.
Estas
larvas presentan una cabeza grande en relación
al resto del cuerpo, con fuertes mandíbulas y antenas
de tres segmentos. En su cuerpo se encuentran alineados
grupos de setas o pelos ramificados y urticantes. El estado
larval tiene 7 estadios con diferente comportamiento.
1er
estadío larval
Aproximadamente de 2,5 mm de largo y de color amarillo
brillante. En los primeros 2 o 3 días permanecen
agrupadas junto al desove, luego comienzan a buscar alguna
rama próxima con hojas tiernas para alimentarse.
El traslado de un lugar a otro lo realizan agrupadas en
forma de procesión. Por este motivo son conocidas
en Europa como “procesionarias”. Luego del
7º u 8º día comienzan a alimentarse del
parénquima de la hoja respetando las nervaduras.
En ese lugar mudan, dejando los pelechos adheridos a la
hoja. Este estadio puede durar entre 20 y 25 días.
2º
estadío larval
Se mantienen agrupadas en el envés de las hojas,
sin alimentarse el durante el primer y segundo día,
luego se desplazan hacia una hoja nueva y ahí comienzan
a alimentarse dejando intactas las nervaduras. Este estadio
dura entre 6 a 7 días.
3er
estadío larval
Se mantienen agrupadas, pero en este caso protegidas por
hilos de seda; siempre se ubican en el envés de
las hojas, de las que se alimentan respetando las nervaduras.
La duración es de 7 a 8 días.
4º
estadío larval
Las larvas permanecen agrupadas en el envés de
las hojas pero los daños son mucho más intensos
y visibles, se observan ramas enteras totalmente defoliadas
y enredadas con hilos de seda. Esto ocurre normalmente
durante el mes de diciembre, cuando las temperaturas son
elevadas y en un lapso de 5 a 6 días. Cuando completan
el estadio comienzan a descender encolumnadas hacia el
tronco principal; las larvas más desarrolladas
van adelante. A medida que avanzan dejan filamentos sedosos
y pegajosos que secretan y que les permiten una mejor
adherencia. Cuando llegan al lugar de concentración
todas se agrupan formando un manchón de 10 a 15
cm de ancho o más. La altura en la cual se encuentran
puede ser desde la base hacia arriba hasta donde se forma
la primera rama. El agrupamiento puede durar 4 a 5 días,
comenzando luego la procesión ascendente, quedando
en el lugar de concentración los restos de las
mudas.
5º
estadío larval
Durante este estadío siguen comportándose
como gregarias; se mantienen agrupadas en el envés
de las hojas terminales de las ramas, que por el peso
de las larvas se doblan hacia abajo. Esas ramas quedan
totalmente defoliadas. Son muy movedizas e irritables,
al punto que cuando algo las molesta se arrojan al suelo
inmediatamente. Cuando llega el momento de mudar, descienden
nuevamente en forma de procesión finalizando en
un manchón que puede medir 15 a 25 cm de diámetro
conteniendo alrededor de 500 a 600 larvas. Al igual que
en los estadíos anteriores, la mortalidad es muy
baja, ya que casi no se ven afectadas por enemigos naturales.
La duración del estadio es de 5 a 6 días.
6º
estadío larval
A partir de este momento entran en una fase solitaria,
comienzan a dispersarse y se dirigen a otros árboles
donde vivirán en forma independiente. La irritabilidad
es mayor que en el estadio anterior y se observa una gran
mortalidad. Al final del período construyen una
protección juntando hojas con algunos hilos de
seda construyendo una especie de cartucho dentro del cual
se producirá la muda. El período tiene una
duración de 7 a 8 días.
7º
estadío larval
En este momento las larvas tienen muy poca movilidad
y la mayor parte del día lo pasan dentro del
cartucho protector, es común encontrar más
de una larva dentro del mismo y de esa forma quedan
protegidas de las inclemencias ambientales y de los
enemigos naturales, los que les producirían una
alta mortalidad. Las larvas cuando alcanzan su máximo
tamaño llegan a medir hasta 40 mm de largo. El
tegumento tiene aspecto aterciopelado, color castaño
claro y algo verdoso, con tubérculos oscuros
que son portadores de espinas y pelos ramificados. Este
estadio transcurre durante la segunda quincena de diciembre
y primera de enero.
Pupación
La larva construye un capullo sedoso, traslúcido,
blanco grisáceo de unos 25 por 15 mm, dentro
del cual se transforma en pupa. El capullo se encuentra
generalmente protegido dentro del cartucho construido
con hilos de seda y hojas mientras estaban como larvas.
Se puede encontrar más de un capullo dentro del
cartucho. Algunas larvas empupan entre las rugosidades
de la corteza del tronco y también en el suelo
entre la hojarasca. La duración del estado es
de unos 25 días y se la encuentra desde fines
de enero a mediados de febrero. El ciclo completo de
esta especie es de unos 100 días.
Los
primeros adultos se detectan desde mediado a fines de
febrero.
Figura
1: Ciclo biológico de Hylesia nigricans
en el sur de Santa Fe. |
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Formas
de atenuar los efectos adversos de esta especie
Es muy importante anticiparse al problema, para
lo cual se deben contemplar algunos aspectos, por ejemplo:
revisar troncos y ramas para tratar de encontrar ootecas
y destruirlas, si esto no se logra se podría monitorear
los árboles (sobre todo si sabemos que el año
anterior tuvieron orugas) y ver si hay larvas activas
para eliminarlas (cuanto más pequeñas, más
susceptibles al insecticida). También resulta interesante
observar cuando se producen las procesiones de larvas
desde la copa hacia el tronco, generalmente esto ocurre
durante las últimas horas de la tarde o a la noche
y allí quedan formando grandes grupos circulares,
en esa situación y estando a una altura fácil
de alcanzar se las puede eliminar mecánicamente
o pulverizándolas con algún insecticida.
A la mañana siguiente cuando calienta el sol vuelven
a ascender en procesión.
Se las puede controlar
mediante la aplicación de insecticidas. Es muy
importante tener en cuenta que cuando se encuentran en
lugares poblados las condiciones obligan a ser cuidadosos
en la elección del producto a utilizar. Algunas
de las drogas recomendadas son:
Bacillus
turhigiensis 500 a 1000 cc / 100 l. de agua
Cipermetrina 25 20 a 30 cc / 100 l. de agua
Mercaptotion 100 80 a 100 cc / 100 l. de agua
Las dosis están
expresadas en producto comercial. Cabe destacar que la
primera droga resulta no tóxica para seres humanos,
mientras que las otras son de baja toxicidad.
La acción de predadores
y parasitoides ocurre en los últimos estadios larvales,
por lo cual no es tan importante para solucionar el problema
puntual, no obstante si lo es para disminuir la población
de las generaciones futuras.
Nota:
ante cualquier duda o problema no deje de consultar a
su profesional de confianza.
Bibliografía:
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enfermedades transmisibles.
Roodt
de Adolfo R.; Salomón Oscar D. y Orduna Tomas A.
Accidentes por Lepidópteros con especial referencia
a Lonomia sp. Articulo especial.
MARGHERITIS,
Aurelio E.; RIZZO, Horacio F. E. 1965. Lepidópteros
de interés agrícola. Editorial Sudamericana.
Buenos Aires.
BRUGNONI
Hector. 1980. Plagas Forestales. Zoofitófagos
que atacan las principales especies forestales naturales
y cultivadas en la Republica Argentina. 216 p. Ed. Hemisferio
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VARGAS,
Andrés E. 2000. Mariposas Argentinas.
Guia práctica e ilustrada para la identificación
de las principales mariposas diurnas y nocturnas de la
Provincia de Buenos Aires. 148 p.
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