25 de noviembre – Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer

El movimiento feminista latinoamericano en 1981 promovió el 25 de noviembre como día Internacional de No Violencia contra las mujeres, día en que se conmemora la fecha en que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Las Mariposas) por el dictador Rafael Trujillo en República Dominicana. En 1999, la Organización de las Naciones Unidas asume esta convocatoria
y resuelve declarar esta fecha como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a promover actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que definió la violencia contra la mujer como «Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico,
sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada».

El objetivo de este día no solo es llamar la atención sobre la desigualdad, la discriminación y las distintas formas de violencia machista, sino también reclamar la implementación de políticas públicas para prevenir y erradicar esta problemática.

Avanzar en la equidad de género implica transformar históricas relaciones de poder entre los géneros, en las que las mujeres y las disidencias sexuales han sido desigualadas.

Sabemos que las estadísticas a nivel nacional e internacional arrojan cifras alarmantes de femicidios que nos advierten de la enorme tarea que tenemos por delante como comunidad, son siglos de opresión y subalternidad que precisan transformaciones culturales profundas. El contexto actual de pandemia mundial ha profundizado las desigualdades y en materia de género se han agudizado las condiciones de aislamiento que caracterizan al fenómeno de las violencias. Esta situación ha llevado a que las distintas instituciones del Estado en sus distintos niveles, así como las organizaciones de mujeres y ONGs, tengan que diseñar diversas estrategias para aproximar servicios de atención y de ayuda a las que puedan recurrir las mujeres y disidencias en situación de violencia de género.

Reconocemos en el movimiento de mujeres y disidencias sexuales un ejemplo de lucha y activismo cuya potencia ha logrado traspasar las fronteras, sumando a colectivos de todas las latitudes bajo el lema «Ni una menos». La creatividad y la potencia de la movilización feminista latinoamericana se reconoce heredera de los históricos movimientos de Derechos Humanos, encontrando en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo el mejor de los referentes. En nuestro ámbito institucional contamos con un procedimiento de Atención de situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el género y la orientación sexual, que constituye una herramienta no sólo para atender estas situaciones sino también para promover la equidad de género y la igualdad de oportunidades.

Este año nos encuentra aisladas y sin la posibilidad de encontrarnos cara a cara para reflexionar sobre esta problemática. Esta realidad, sin embargo, no nos impide seguir con la lucha para que desde nuestra institución, la Facultad de Ciencias Agrarias, sigamos moviendo hilos, imaginando abrazos, sumando voces, trenzando manos que nos liberen de violencias machistas y sexistas. Porque nuestro horizonte sigue siendo una Facultad pública, laica, gratuita, popular, inclusiva, diversa y feminista; en definitiva respetuosa de los Derechos de todes!!!

NI UNA MENOS!
VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS!
SE VA A CAER!

Comisión de Género y Sexualidades Disidentes (CGSD)
Facultad de Ciencias Agrarias.
Universidad Nacional de Rosario.

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