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Las posibilidades de uso de los estiércoles
Cabe analizar a los residuos de las explotaciones
ganaderas desde dos ópticas diferentes: como desechos que
deben ser eliminados y como materiales que pueden utilizarse
en calidad de enmiendas orgánicas de los suelos. La primera
idea se relaciona con un aspecto de particular relevancia
en la actualidad, cual es la contaminación ambiental; la
segunda entronca con el concepto de sustentabilidad.
Efectivamente, el empleo eficiente de los
residuos animales como abonos puede ser una práctica de
manejo agronómica y económicamente viable para la producción
sustentable en agroecosistemas mixtos. En el caso específico
de los estiércoles de diferentes ganados, su incorporación
al suelo permite llevar a cabo un reciclado de nutrientes.
Los mismos son removidos desde el complejo suelo-planta
a través de la alimentación de los animales y pueden retornar
parcialmente a ese medio en forma de abonadura.
Una vez más es preciso recordar que existe
una crisis total de energía, con el consecuente aumento
de los costos de los fertilizantes inorgánicos. Han surgido,
asimismo, en algunos países, serios problemas de contaminación
por el uso excesivo de los fertilizantes y se han incrementado
las áreas que sufren procesos degradativos por la disminución
de la fracción orgánica de los suelos ante el intenso uso
agrícola. Este panorama renueva, a nivel mundial, el interés
por el uso en agricultura de materiales orgánicos de diversos
orígenes.
Y es que perfectamente puede hablarse de
"renovar" el interés por el empleo de los abonos orgánicos;
particularmente si se tiene en cuenta que esa práctica es
de muy antigua data. Se inició en la prehistoria, cuando
el hombre comenzó a esparcir los estiércoles en las tierras
en donde se realizaban los primeros cultivos. Ya en épocas
históricas, las sociedades más avanzadas continuaron aplicando
tales desechos a los suelos, fundamentalmente con propósitos
de fertilización. La aparición en el siglo XX de los fertilizantes
inorgánicos y su empleo a escala masiva disminuyó hasta
épocas recientes la atención por el empleo de las enmiendas
orgánicas, particularmente en los países más desarrollados.
Acciones de los estiércoles en el suelo
Otro aspecto que aporta a la idea de sustentabilidad
es que los estiércoles no sólo proveen nutrientes, sino
que -particularmente cuando su uso es prolongado- suelen
ejercer acciones positivas sobre un variado conjunto de
propiedades edáficas. Fundamentalmente, porque pueden introducir
mejoras considerables en el contenido y en la calidad de
la materia orgánica. Los tenores orgánicos de estos materiales
son variados y fundamentalmente están en relación con la
especie animal, con la alimentación del ganado y con el
medio en donde los mismos se acumulan y recogen. Puede decirse,
no obstante ello, que siempre resultan altos (entre 30 y
80%). En el caso específico de los rumiantes, el forraje
rico en fibra que compone su dieta fundamental también contiene
una cierta proporción de ligninas. Estas ligninas no son
prácticamente degradadas ni por las enzimas de digestión
ni por los microorganismos, y se excretan en el estiércol,
junto a las sustancias constituidas por proteínas indigeribles.
Representan los componentes más importantes para la generación
de las sustancias húmicas estables. Así, aplicaciones reiteradas
de estiércoles de ganado durante períodos prolongados suelen
elevar los contenidos de humus del suelo.
En correspondencia con el beneficio que producen
sobre la fracción orgánica, se ha demostrado que el estercolado
es capaz de actuar positivamente sobre la condición física
de las tierras. Así, se han logrado importantes disminuciones
de la densidad aparente, aumentos de la porosidad total,
de la macroporosidad y de la estabilidad estructural y mejoras
en la capacidad de almacenaje de agua del suelo, mediante
la incorporación al suelo de variados tipos de estiércoles.
La condición biológica es otro aspecto afectado
por la práctica del abonado orgánico. El estiércol ejerce
un efecto favorable en tal condición por el gran y variado
número de bacterias que posee. Éstas producen transformaciones
químicas no sólo en el estiércol mismo sino, además, en
el suelo, haciendo que muchos elementos no aprovechables
por las plantas puedan ser asimilados por ellas. Además,
el estercolado puede aumentar la población y la actividad
de algunos componentes de la fauna edáfica, como por ejemplo
las lombrices.
No obstante las consideraciones precedentes,
el interés esencial que a nivel de los productores y de
muchos profesionales del agro provocan los estiércoles en
calidad de enmiendas suele estar centrado en su posible
aptitud como fertilizante químico. Como proveedores de nutrientes
en estos materiales son de bajo grado si se los compara
con los fertilizantes industriales. Asimismo, debido a la
resistencia a la descomposición de algunas de las fracciones
orgánicas presentes en los estiércoles, sólo una parte de
los nutrientes presentes el producto original queda finalmente
a disposición de las plantas.
Sin embargo, no debe desdeñarse en absoluto
el valor fertilizante de los estiércoles, particularmente
si las cantidades que se aplican al suelo son superiores
a los 10.000 kg/ha. Si se tienen en cuenta los datos expuestos
en la tabla 1, puede decirse que en una incorporación de
20.000 kg/ha de estiércol fresco de vacuno (con 80% de humedad),
se aportan al suelo 50,8 kg/ha de nitrógeno, 33,6 kg/ha
de potasio y 32,4 kg/ha de fósforo asimilable; mientras
que aplicando igual dosis de gallinaza (estiércol de pollo
sin cama), se inyectan al suelo 142,8 kg/ha de nitrógeno,
83,4 kg/ha de potasio y 231,6 kg/ha de fósforo asimilable
(tomando a la enmienda con una humedad del 70%).
Tabla 1: Composición media de estiércoles frescos
de diferentes animales domésticos (como porcentaje de la
materia seca).
Nutriente |
Vacunos |
Porcinos |
Caprinos |
Conejos |
Gallinas |
Materia orgánica (%) |
48,9 |
45,3 |
52,8 |
63,9 |
54,1 |
Nitrógeno total (%) |
1,27 |
1,36 |
1,55 |
1,94 |
2,38 |
Fósforo asimilable (P2O5,
%) |
0,81 |
1,98 |
2,92 |
1,82 |
3,86 |
Potasio (K2O,
%) |
0,84 |
0,66 |
0,74 |
0,95 |
1,39 |
Calcio (CaO, %) |
2,03 |
2,72 |
3,2 |
2,36 |
3,63 |
Magnesio (MgO, %) |
0,51 |
0,65 |
0,57 |
0,45 |
0,77 |
Fuente: Aso y Bustos,
1991. |
Pero existen otras razones que resaltan el
carácter fertilizante de los estiércoles. Una de ellas es
que incluyen todos los nutrientes vegetales, pues, además
de los tres esenciales, también contienen magnesio, calcio,
azufre y micronutrientes. También, hay que señalar que una
parte del nitrógeno contenido en estos residuos se encuentra
en forma directamente disponible para las plantas (es más,
la disponibilidad del nitrógeno de la orina animal es por
corto tiempo). Por último, se debería tener en cuenta que
una porción de los nutrientes (particularmente en el caso
del nitrógeno, del fósforo y de los microelementos) que
se halla en los estiércoles pasará a formar parte del humus,
quedando así almacenados en el suelo, a resguardo de las
pérdidas por lavado.
Pero no todas son ventajas en las consideraciones
que pueden señalarse respecto a la aplicación de estos productos.
El estercolado en dosis elevadas es capaz de incrementar
la salinidad edáfica, elevar el pH y aumentar la concentración
en el suelo de nitrato, amonio y otros iones tóxicos. Los
dos primeros efectos se relacionan con las características
propias de los estiércoles (tabla 2). En general, los excrementos
animales son alcalinos, fundamentalmente por liberar nitrógeno
en forma de urea, que se descompone formando amoníaco. Contenidos
relativamente altos de sales y/o una reacción básica pueden
constituirse en factores perjudiciales para las plantas
de los cultivos, especialmente durante la germinación y
la emergencia.
Tabla 2:
Salinidad y reacción del medio en estiércoles de
diferentes animales domésticos. Fuente: Aso y Bustos,
1991. |
Propiedad |
Vacunos |
Porcinos |
Caprinos |
Conejos |
Gallinas |
pH |
7,6 |
7,3 |
8,2 |
7,5 |
7,5 |
CE (Mmhos/cm) |
6,3 |
9,4 |
12 |
8,9 |
14,2 |
En algunos países, la combinación de aplicaciones repetidas
a lo largo del tiempo y de altas dosis ha permitido el lavado
y la acumulación en profundidad y en las aguas subterráneas
de nitrato, fósforo y otras sustancias en cantidades contaminantes.
También se han verificado contaminaciones en el suelo y
en la vegetación con gérmenes patógenos (como ser algunas
bacterias coliformes) presentes en los estiércoles. En este
sentido hay que destacar que, cuanto menos, puede producirse
una distorsión en la composición de la flora edáfica al
entrar al suelo grupos de baja o nula eficacia en los procesos
de humificación.
Factores que afectan el uso de los estiércoles
En un rápido balance es lícito sostener que
los beneficios del estercolado son más importantes que sus
aspectos negativos. Claro que para que se cumpla esta afirmación
es menester tener en cuenta los factores que afectan su
eficiencia de uso agronómico. Entre tales factores están
el sistema productivo, las características del lugar en
donde se acumulan los desechos, su manipuleo, la dosis,
el momento y la frecuencia de aplicación y la forma de incorporación.
En cuanto al primer punto, habitualmente
se sostiene que en nuestro país las posibilidades de empleo
de los estiércoles se circunscriben a los sistemas intensivos
(horticultura, fruticultura, viveros). Ello se ajusta a
la realidad en gran medida, por las dificultades que acarrea
el acondicionamiento, el manipuleo y la aplicación en superficies
grandes como las que generalmente poseen los lotes de las
explotaciones extensivas. Sin embargo, existe potencial
de uso en sistemas mixtos agrícola-ganaderos (o en establecimientos
agropecuarios dedicados también a la avicultura), en particular
si se utilizan dosis no muy altas. Aquí cabría considerar
la posibilidad de integrar esta práctica con fertilizaciones
complementarias.
Si se piensa en cantidades importantes de
estiércol que justifiquen su recolección y que, además,
ésta sea relativamente simple, el mismo debe ser depositado
por los animales en lugares no muy extensos. Para el ganado
bovino esta situación se verifica en los tinglados de ordeñe
o en los corrales de encierro anexos; también, en los corrales
de feed-lot. El estabulado de los vacunos, tal cual se hace
en varios países, permite la acumulación de estos desechos.
No es el caso de Argentina. Los criaderos de pollos también
ofrecen un medio conveniente para este fin.
Las deyecciones animales pueden acumularse
e incorporarse en forma prácticamente pura o mezclarse con
las "camas". Estas últimas están constituidas por restos
vegetales, como paja, pastos, cáscaras, etc., que se disponen
sobre el piso de corrales o establos. Se mezclan con las
excretas y absorben los líquidos, no sólo a la orina, sino
también a la parte fluida de las bostas o guanos. Las camas
de los criaderos de pollo en Argentina contienen guano junto
a cáscara de semillas de cereales u oleaginosos. Los residuos
de los animales pueden también mezclarse con una cierta
proporción de suelo, como ocurre en los corrales con piso
de tierra.
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Foto 1: Cama de pollo acumulada en un criadero
de Salto (provincia de Buenos Aires) |
La presencia de materiales vegetales fibrosos
en las camas puede ser benéfica para la enmienda. En parte,
porque absorben los componentes líquidos y de esa forma
retienen los nutrientes. Además, la fibra existente en las
camas incrementa las posibilidades de enriquecimiento de
humus.
Las deyecciones pueden también mezclarse
con agua. Es esto lo que ocurre en los tambos de nuestro
país con el lavado de las instalaciones de ordeñe antes
de regresar los animales al campo. El producto es un líquido
que lleva en suspensión los restos de las bostas; es llamado
efluente y constituye el mayor problema de contaminación
ambiental de las explotaciones lácteas. Los efluentes se
acumulan en fosas a cielo abierto, que generan un entorno
desagradable por los olores que liberan y permiten que se
concentren microorganismos patógenos y sustancias químicas
tóxicas. El problema se agrava si se tiene en cuenta que
muchas de estas fosas o lagunas se saturan y rebalsan hacia
vías de escurrimiento naturales y penetran a las napas.
Los efluentes también pueden ser empleados como abonos orgánicos.
Las dosis de estiércoles que se aplican a
los suelos son diversas. Las que se utilizan actualmente
en Argentina en los sistemas intensivos no parecen seguir
una lógica acorde con los conocimientos científicos del
tema. No son generalmente tan elevadas como en otros lugares
del mundo. Pueden variar en función del tipo de suelo, del
material, de la forma y de la frecuencia de aplicación y
de los objetivos de uso. Si se tiene en cuenta fundamentalmente
el valor como fertilizante, la dosis de estiércol debería
ser adecuada a los requerimientos de nutrientes de los cultivos.
Las técnicas de aplicación del estiércol
a la tierra varían según el material sea sólido o líquido.
En general se recomienda la semiincorporación; no es adecuado
dejarlo en superficie, pues las formas volátiles de los
nutrientes (particularmente el nitrógeno) pueden derivar
a la atmósfera y no pasar al suelo. El momento de aplicación
debería ser próximo a la siembra del cultivo, para disminuir
la pérdida de nutrientes por volatilización o lavado. Sin
embargo, en los casos en que estos materiales puedan producir
modificaciones importantes del pH o elevar la salinidad,
será conveniente disponerlo sobre el suelo 30 a 45 días
previos a la siembra.
Si los factores que determinan la eficiencia
de uso se adecuan a condiciones ajustadas de un manejo racional
y sustentable, el potencial agrícola de los estiércoles
puede ser interesante.
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