Publicación cuatrimestral de la Facultad de Ciencias Agrarias UNR Distribución gratuita ISSN: 16698584  

 

  08|2008
 


Ing. Agr. Patricia Cecilia Flores

Cátedra de Cultivos Intensivos. Área Fruticultura
Facultad de Ciencias Agrarias
Universidad Nacional de Rosario
pflores@unr.edu.ar

  El granizo. Malla antigranizo. Daños en cultivos frutales. Economías regionales

La fruticultura se caracteriza por tener diferentes matices según la región en la que se practique, y por ende, los costos de inversión son diferentes.

En la provincia de Mendoza los riesgos de granizadas ponen en peligro la cosecha de fruta. Se estima un promedio anual de 25 tormentas con porcentuales de daños que van del 4,30 al 29,55%. Ningún productor de San Rafael olvida las ocasiones en que el tamaño del granizo fue como una pelota de golf o un huevo de gallina.

Un estudio realizado en 1995 reveló que el promedio anual de daños por granizo en Mendoza llega al 12,45%, mientras que en Moldavia y Bulgaria es del 4%, en Rusia del 3 al 9%, y en China del 3 al 6%. El sur de Mendoza es el que tiene más riesgo de siniestros por granizo, sobre todo el departamento de San Rafael.

Esta provincia cumplió más de 20 años de experiencia con el servicio de prevención de daños en cultivos por tormentas de granizo, pero aún hoy se discute entre gobierno y fruticultores la eficacia y el financiamiento.

El sistema de lucha antigranizo consiste en lanzar desde tierra cohetes que derraman una solución de ioduro de plata en el seno de la nube, con lo que se logra disminuir el tamaño del granizo. Las tormentas se forman en apenas 25 minutos, por lo que se necesita un operador de radar de guardia para alertar a quienes activan el sistema. Las tormentas se caracterizan por su gran intensidad y frecuencia.

En la primera etapa se lanzaban cohetes desde tierra, y la última experiencia fue dispararlos utilizando aviones que se internaban en las nubes.

El estado provincial mendocino gastó en estos 20 años cientos de millones de pesos para financiar el sistema ya que fracasó en sus reiterados intentos de cobrar una tasa a los productores beneficiados por el servicio, y terminó por asumir enteramente el costo con recursos del presupuesto provincial.

El director de Agricultura y Prevención de Contingencias Climáticas de Mendoza, Jorge Silva Colomer, dijo a LA NACION que los 20 años de continuidad de la lucha “valieron la pena desde el punto de vista científico porque se generó valiosa información agroclimática”. Señaló además, que para el gobierno provincial la protección de cultivos debe sustentarse en tres pilares.

Éstos son:

  • El sistema de cohetes para disminuir el tamaño del granizo.
  • La instalación de malla plástica para cobertura directa.
  • Un régimen de seguro agrícola para compensar a los productores cuando aquellas dos alternativas no dan resultados.

En su libro “Distribución Geográfica de los Elementos Meteorológicos Principales y Adversidades de Mendoza”, el profesor en Meteorología Agrícola y ex decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de Mendoza, Alberto Ortiz Maldonado advierte sobre los efectos dañinos del granizo a largo plazo, y dice “las granizadas de gran magnitud dañan las plantas de un modo que va más allá de la pérdida de la cosecha y su correspondiente perjuicio económico financiero al productor. Esto sucede con ciruelo, peral y manzano que ven afectada su producción porque la regeneración de ramilletes implica dos o tres años”. También citó el caso del olivo, donde las granizadas severas dejan penetrar agentes patógenos por las heridas provocadas por impactos y sufre una infección conocida como tuberculosos que tarda varios años en controlarse.

Malla antigranizo:

El uso de mallas antigranizo va creciendo constantemente en número de hectáreas. Este sistema de protección de cultivos se inició en Italia en la década del 60’. Actualmente en Europa se define como malla antigranizo a la tela que está realizada con el método de “giro inglés”, a partir del uso del polietileno de alta densidad, que es la materia prima, se elige la densidad que se le dará a la trama del tejido. Esto lo realizan los telares que se programan por computadora y al usar el sistema de giro inglés se logra una trama más rígida, que es lo que permite que cuando el  granizo cae, golpee contra la malla y rebote.

Mendoza tiene durazneros, ciruelos, perales, olivos, cerezos y viñedos (parral y espaldera), cubiertas con protección antigranizo.

Imitando el modelo mendocino, en Colonia Caroya ya se están realizando experiencias en campos de viñateros y de otros productores frutícolas.

La malla puede ser negra o blanca.

La tela de color negro es la más usada en Mendoza. Ésta no debe superar el 15% de sombra en los cultivos. Tiene una densidad de 2,5 hilos por centímetro y una garantía de durabilidad de 10 años y está protegida con sustancias químicas contra los rayos ultravioletas. La tela de color negro, por el momento, se importa desde Italia, pero muy pronto se confeccionará en la Argentina, con menos costos para el productor.

Menos difundida, pero también de excelente rendimiento y calidad, la tela de color blanco, se fabrica en la Argentina con certificado e inspección del INTI. Tiene una vida útil de 7 a 8 años, la proyección de la sombra no supera el 5%. El polietileno es de alta densidad y está protegido contra rayos ultravioletas y antioxidantes. El diámetro del hilo es de 0,30 milímetros, la red pesa 52 gramos por m2 y soporta hasta 18 kilos por cm2.

Pero, según los técnicos, la base de todo y el éxito del trabajo pasa por la estructura que sostiene la malla. Para colocarla, es necesario capacitarse, conocer y hacer cálculos de materiales, diferentes clases de alambres, y asegurarse que “las anclas” vayan a una profundidad de 1,70 metros. Los postes, esquineros, los interiores, la orientación de la instalación, la caída que debe darse al granizo, entre los callejones de los cultivos son los detalles que determinan el éxito o el fracaso del sistema.

Principales efectos ocasionados por la malla sobre el ambiente:

  • disminuye la temperatura del aire
  • disminuye la intensidad de luz
  • aumenta la humedad relativa.

Impacto sobre las características de los frutos:

  • Tamaño: al provocar un aumento en la humedad relativa, aumenta el contenido hídrico del fruto, lo que implica un aumento de peso y diámetro.
  • Color: la disminución de la radiación incidente provoca una disminución en la tonalidad del color del fruto, explicándose por una menor síntesis de antocianina.
  • Firmeza: ésta se asocia al espesor de la pared celular, por lo que depende de la cantidad de fotoasimilados, la cual se asocia a la intensidad lumínica.

Efectos internos:

  • disminución del contenido de sólidos solubles
  • aumento de la acidez
  • disminución del RATIO
  • generalmente retraza la madurez del fruto alargando los estadios fonológicos, especialmente en aquellas mallas antigranizo color negra.

Efectos sobre la sanidad del fruto:

  • Debido al microclima generado por este sistema de protección, fundamentalmente en cuanto a la humedad relativa, proporciona un ambiente propicio para proliferación de enfermedades, especialmente fúngicas.

Impactos sobre las distintas especies:

Durazno:

  • ni el peso ni el diámetro se ven afectados
  • disminución significativa del color de fondo
  • aumento de la firmeza.

Manzana:

  • disminuye la superficie coloreada y la tonalidad del mismo
  • mayor firmeza
  • disminución del tamaño.

Ciruela:

  • disminución de la firmeza
  • mayor peso y diámetro ecuatorial
  • disminución en la intensidad del color.

En el cultivo, la malla, se puede disponer de dos formas:

En “espaldero”, también se denomina “grembiule” y es aquel en el cual la malla antigranizo va a los costados de la planta, como muestra la figura 1.

Figura 1: Disposición en espaldero

Una hectárea de viñedos con espalderos cuesta aproximadamente $9.000

En “techo a dos aguas”, consiste en aplicar el tejido antigranizo por encima del nivel de plantación, precisamente formando un techo sobre la misma, como muestra la figura 2.

Figura 2: Disposición en techo a dos aguas

Los costos de una hectárea con este sistema son de aproximadamente $30.000.