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La representación de sucesos y sentimientos mediante actos deliberados de comunicación se vincula directamente a la expresión que desarrolla cada cultura. Desde la constitución del lenguaje oral, la posterior escritura, hasta el almacenamiento electrónico digitalizado -como último eslabón de la serie de transformaciones de la "memoria simbólica"- los códigos portadores de la memoria colectiva cumplen un rol decisivo en los modos de " [...] investir de sentidos el mundo sensible." [Huber; Guérin.]. Los imaginarios colectivos de acuerdo a Francisca Márquez organizan la memoria pero más que testimoniar lo que se recuerda, los imaginarios contribuye a la hipertrofia de la memoria como fuente de conocimiento histórico. En este paso de la memoria a la imaginación se genera una imagen que a menudo amplifica y transforma el acontecer y donde el acontecimiento termina por sufrir una metamorfosis tal, que asombra.
La postura de estos autores nos conduce a pensar en como los medios de comunicación promueven la formación de los imaginarios colectivos prueba de esto son las adversidades climáticas que vienen azotando a la región pampeana entre las cuales podemos destacar al granizo como el “más malo de la película”. Cabe destacar que nuestra región es considera tanto por climatólogos como meteorólogos entre otros como un espacio geográfico granicero. Esto nos posiciona a tener presente que el granizo y sus efectos han generado en nuestra población determinadas pautas de comportamiento específicas que se entremezclan entre el pasado y el presente al compás del tiempo meteorológico. La idea de catástrofe, asociada al fenómeno adverso del granizo está ampliamente instalada en el imaginario colectivo y es reforzada por la difusión desde los medios de comunicación masivos. Es decir los medios masivos de comunicación intervienen en forma activa en las ideas regulativas de las conductas, saberes de nuestro tiempo y finalmente en la formación de subjetividades, tal como sucede con la formación o construcción del sujeto
Cabe destacar que el imaginario colectivo se constituye a partir de los discursos, las prácticas sociales y los valores que circulan en una sociedad. El imaginario actúa como regulador de conductas involucrando adhesión o rechazo. Se trata de un dispositivo móvil, cambiante, impreciso y contundente que genera efectos concretos sobre los sujetos en el devenir de su vida cotidiana. Según el geógrafo Daniel Hiernaux el imaginario funciona sobre la base de representaciones que son una forma de traducir una imagen mental, una realidad material o bien una concepción. En otros términos, en la formación de los imaginarios se ubica nuestra percepción transformada en representaciones a través de la imaginación, proceso por el cual la representación sufre una transformación simbólica. El imaginario es justamente la capacidad que tenemos, de llevar esta transformación a buen puerto. El imaginario crea imágenes actuantes, imágenes guías, imágenes que conducen a procesos y no sólo representan realidades materiales o subjetivas. El imaginario es un proceso dinámico que otorga sentido a la simple representación mental y que guía la acción.
Parafraseando a Alicia Lindón el proceso por el cual los imaginarios sociales cualifican a los lugares opera de manera compleja así los imaginarios compartidos por distintos grupos, al darle cierto sentido a un lugar de alguna forma le atribuyen características particulares.
De esta manera podemos dar cuenta de que los fenómenos climáticos extremos engrosan entre otros la enciclopedia de temores ante situaciones de riesgos. Una investigación de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) relevó las marcas que dejó en la población la inundación de 2003 en Santa Fe. Aun meses después de la tragedia, la angustia y el miedo se repetían en los damnificados: el total de los entrevistados se despertaba de noche y reconocía sufrir angustia, miedo o ansiedad. Problemas laborales o cambios en el seno familiar eran otras de las consecuencias de la inundación.
El caso del granizo en nuestra sociedad tanto en el ambiente rural como urbano también dejó huellas que se instauraron en el imaginario colectivo convirtiendo a nuestra zona en un alerta permanente recurriendo en muchos casos los trabajadores rurales a contratar seguros contra granizo para cubrir lo daños que puedan ser provocados por la acción de este evento en las cosechas. Sumado a esto la deficiencia para adelantar este fenómeno climático que dejó heridos, daños materiales traducidos en perdidas económicos y que aún hoy permanecen instalados en la imagen mental de la sociedad cobrando un significado, el de catástrofe. Esto provoca que en el presente ante la más mínima probabilidad de la llegada de este fenómeno adverso los meteorólogos “abran el paraguas” y alerten a la población provocando en muchos casos pánico. Las situaciones anteriores muestran que “el espacio es producido [construido] por el sentido y al mismo tiempo, por la experiencia social” (Di Meo& Buleon, 2005: p. 23).
Ahora nos resta pensar en la realidad que se avecina para los finales del 2011 y los inicios del 2012 para la región pampeana dado que a medida que las precipitaciones se reactiven, se incrementa el riesgo de episodios de granizo, los cuales estuvieron ausentes en la temporada anterior debido al efecto depresor de "La Niña". En cambio, con la llegada del verano se observará en la región precipitaciones moderadas a abundantes en el este y centro, pero el oeste continuará con valores moderados a escasos. El fuerte calentamiento de la superficie terrestre determinará condiciones propicias para la formación de nubes graniceras. Además el incremento de la nubosidad puede producir una moderación de la temperatura, aunque las mismas podrán mantenerse en un nivel superior a lo normal, dando lugar a un ambiente cálido y húmedo, con riesgo de episodios de granizo, aguaceros torrenciales y ataques de enfermedades y plagas. Como punto final la reflexión que merece este acontecer próximo es que si bien en el imaginario colectivo de nuestra sociedad se encuentra anclada la idea de catástrofe se tornaría interesante analizar en profundidad las actuaciones bajo estos vaticinios.
Bibliografía
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- Centro Complutense de Estudios e información medio ambiental. Medios de comunicación http://www.cceimfundacionucm.org/Temas-clave/Medios-de-comunicacion
- Hiernaux, Daniel (2007), “Los Imaginarios Urbanos: De la teoría y los aterrizajes en los estudios urbanos” en Revista Eure. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Pontificia Universidad Católica de Chile. Vol. XXXIII. núm. 99. pp. 17-30.
- Huber, H. y Guerin, M. A. El imaginario urbano de Norah Borges. En: IX Jornadas sobre Imaginarios Urbanos. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. CEHCAU, Universidad de Buenos Aires. 2000.
- Lindón, Alicia (2008) “De las geografías constructivistas a las narrativas de vida espaciales como metodologías geográficas cualitativas” en Revista Da Anpege, Vol. 4. pp. 03-27. México.
- (2007) “Los Imaginarios Urbanos y el constructivismo geográfico: los hologramas espaciales”. Revista Eure. Vol. XXXIII, N º 99. Pp. 31-46. Santiago de Chile.
- Márquez, Francisca (2007)” imaginarios urbanos en el Gran Santiago: huellas de una metamorfosis” en Revista Eure (Vol. XXXIII N º 99. Santiago de Chile.
- Sierra, Eduardo. Perspectiva agroclimática para la campaña agrícola 2011/2012. http://www.concienciarural.com.ar/articulos/clima/la-nina-2011/2012-se-desarrollara-en-forma-lenta-y-gradual-pero-acabara-alcan/art4318.aspx
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