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Ing. Agr. Guillermo Montero - Ing. Agr. Luis Vignarolli
Cátedra de Zoología Agrícola
Ing. Agr. Julio Denoia
Cátedra de Manejo de Tierras
Resumen
En este informe se reporta un importante ataque de adultos
de Lagria villosa Fabricius, 1783 (Lagriidae:
Coleoptera) en cultivos de soja conducidos en siembra
directa en el noroeste de Santiago del Estero (Banderas).
Se describe el agente causal y aspectos generales de su
bioecología, tanto al estado adulto como larval.
Se realizan sugerencias de manejo tendientes a evitar el
incremento explosivo de sus poblaciones y comentan las medidas
de control que utilizan los productores hasta el momento.
El
problema
Se
han detectado importantes daños en plántulas
y plantas jóvenes de soja, en lotes bajo el sistema
de siembra directa, en la localidad de Banderas (Santiago
del Estero). Se trata de lotes sembrados con la variedad
A-5409 RG, con siete años de siembra directa contínua,
que poseen alta acumulación de materia seca en superficie
(60% de cobertura), coincidiendo este ataque con un período
de alta temperatura y suelo seco debajo del rastrojo.
El
agente causal
En
estos lotes se detectó la presencia en altos niveles
de abundancia, tanto de larvas como de adultos, de Lagria
villosa Fabricius, 1783 (Lagriidae: Tenebrionoidea:
Coleoptera) responsables de los daños provocados.
Esta especie se conoce con los nombres vulgares de: “idi
amín”, “vaquita dorada” o “burrinho”
en el sur de Brasil.
Los
tenebrionoidea son una superfamilia de coleópteros
conocidos como detritívoros, con una vasta lista
de especies asociadas a bosques xerofíticos. Se alimentan
de una amplia variedad de plantas y animales muertos, incluyendo
humus, madera en descomposición, mantillo, rastrojos
y broza.
Lagria
villosa es una especie de origen Africano, introducida
en América del Sur; el primer registro de esta especie
en nuestro continente corresponde a Pacheco et al.,
(1976) que la encontró en Espíritu Santo (Brasil)
. El nombre vernáculo de esta especie recuerda al
nombre del dictador de Uganda (Idi Amin Dada), aludiendo
a su origen africano.
Los
adultos tienen el cuerpo alargado, de 10 a 15 mm de largo,
de coloración bronceada metálica, con patas
caminadoras negras y antenas filiformes largas. Causan perjuicios
en hojas y cuando se presentan en alta densidad son capaces
de producir daños considerables. Se pueden observar
fotografías de Lagria hirta y Lagria
atripes , especies bastante parecida morfológicamente
a la que nos compete, en las direcciones web que se detallan
al pie.
En
Brasil, Gallo et al. , sugieren que debe controlarse
cuando se verifica 25% de defoliación en el cultivo
atribuible a esta especie, desde emergencia hasta V2. En
etapas posteriores del cultivo (de V2 a R3) deberían
practicarse medidas de control cuando la defoliación
supera el 40%. No obstante, otros investigadores encontraron
que esta especie solo consume hojas decadentes de soja sin
causar daños en las hojas verdes.
Las
larvas son de tipo elateriforme, con tres pares de patas
en el tórax y sin “falsas patas” abdominales,
de unos 13 mm de largo, de color marrón oscuro con
penachos de pelos de color cobrizo. Son geófilas,
viven en el suelo, entre la materia seca superficial o en
los primeros 2 a 5 cm del suelo. Se comportan como detritívoros
oportunistas y explotan como alimento el mismo sustrato
en el que se alojan. En los cultivos de soja conducidos
en sistemas de siembra directa, con alta acumulación
de materia seca en superficie, las condiciones para su desarrollo
son óptimas y alcanzan altos niveles poblacionales.
Estas larvas pueden alimentarse eventualmente de raíces
y plántulas de soja, lo que se verificó en
varios lotes de la localidad de Banderas. No obstante, los
perjuicios ocasionados por larvas, no revisten mayor gravedad.
El
manejo del cultivo
Los
adultos de L. villosa son frecuentemente hallados
en la vegetación espontánea y en los bordes
de áreas de cultivo, sobre todo en bordes herbáceos
dominados por gramíneas. Son herbívoros polífagos
y fueron registrados en Paraná (Entre Ríos)
entre febrero y abril, en plantas de: “capín”
(Echinochloa colonum), “sorgo de alepo”
(Sorghum halepense), “nabo” (Brassica
campestris), “amor seco” (Bidens subalternans)
y “rama negra” (Conyza bonariensis).
En
el sur de Brasil, se asocia esta especie a las sojas transgénicas
(RR) introducidas de contrabando desde la Argentina y se
la cita como plaga del poroto negro (feijão) . La
mayor presencia y los daños producidos por L.
villosa en cultivos de sojas trangénicas puede
deberse a la eliminación, tanto de las malezas del
campo de cultivo como de la vegetación espontánea
de los bordes, que viene acoplada al uso, a veces excesivo
e innecesario, del glifosato.
Mantener
bordes con vegetación, puede no solo brindar refugio
y alimento a especies benéficas, sino evitar que
especies como L. villosa sean forzadas a alimentarse
de los cultivos, ocasionando perjuicios o transformándose
en plagas, cuando habitualmente se alimentan de otras especies
vegetales.
Por
otro lado, las plantas de “capín” o de
“nabo” que se encuentran en los bordes de un
camino, sobre las cunetas, debajo de un alambrado o en un
potrero no cultivado, “no compiten” con el cultivo,
puesto que la competencia es un fenómeno de contacto.
Si existiera el peligro real de la dispersión de
estas plantas al lote de cultivo, entonces podemos aplicar
una medida efectiva de control sobre las mismas y mientras
tanto las podríamos dejar en las banquinas con el
propósito de mantener agroecosistemas con mayor biodiversidad
y evitando que herbívoros generalistas produzcan
importantes daños en los cultivos.
Los
controles realizados en Banderas
No
hay productos registrados para esta plaga en nuestro país.
Hay productores que utilizaron fosforados, como clorpirifós
48 E, en una dosis de 400-500 cc/ha de PC para el control
de adultos, con resultados satisfactorios.
Para
el control de larvas presentes en el rastrojo se utilizó
una dosis mayor. Consideramos que es necesario ensayar con
otros productos de mayor selectividad y menor impacto ambiental.
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